Alfaguara, 2016. 216 páginas. Tit. Or. A confissao da leoa. Trad. Rosa Martínez-Alfaro. Otra recomendación de los meetups literarios, muy acertada. En Kulumami están sufriendo ataques de leones. Para solucionarlo contratan a un cazador forastero. Pero el problema no son sólo los animales. Una reflexión acerca de la invisibilidad de las mujeres y su papel de víctimas en determinadas sociedades. Muy bien escrito, con frases de gran efecto, y contagiado del mundo mágico de la sabana africana. Se alternan los diarios de Mariamar, hermana de la última víctima y víctima ella misma y los de Arcángel Baleiro, cazador a la búsqueda de su propia identidad. Estuve ingresada un tiempo en la enfermería sin atisbo de mejora. La medicina había desistido de mí, pero no fue por eso por lo que no me llevaron de vuelta a Kulumani. En el hospital de Palma permanecí con menos vida y menos compañía aún. Solo después entendí el aplazamiento de mi regreso. Mi abuelo Adjiru había muerto esos días. No quisieron que estuviera presente. No para ahorrarme la despedida, sino para que esa despedida me durase la vida entera. *** En el primer aniversario de la muerte del abuelo, me llevaron a visitar su…