Tránsito, 2021. 154 páginas. Tres monólogos de tres mujeres diferentes. Una mujer mbyá que tiene gemelos cuando en su cultura es señal de adulterio y que tiene que quedarse en la casa de su cuñada para no volver al pueblo. Una joven alemana que se escapa con su hermano a un nuevo mundo donde nadie sepa de sus relaciones incestuosas. Una bordadora que se maravilla ante el ballet y que empieza a tener sus primeras relaciones sexuales mientras lleva un diario. He recomendado esta editorial en el podcast Punto de libro porque prácticamente todos los libros que leo -y este no es una excepción- comparten un extremo cuidado con el lenguaje, narran unas historias que son como cuchillos y, en general, su lectura no te deja indiferente. Me ha encantado la libertad que se toma la autora con el lenguaje, de manera justificada porque en los dos primeros casos son mujeres cuya lengua materna es otra y, en el tercer caso, por el hálito poético y un tanto alienado de la protagonista. Ha sido una delicia leerlo y las historias, dramáticas, me han dejado como una gelatina. Muy bueno. —Toda la culpa —respondía, por mí, Eugenia—. Ella piensa que fue…