Anagrama, 2018. 142 páginas. La protagonista entra a trabajar para la mejor perista de arte de la ciudad y, casi sin darse cuenta, se verá involucrada en una trama de falsificaciones. Además de su mentora se adivina, entre el mito, la figura de la Negra, experta falsificadora. Otra novela alrededor del mundo del arte, en este caso centrada más en los galeristas y falsificadores que en los artistas. Novela sólida, bien construída, con personajes interesantes, pero que me ha dejado más bien frío. A cada momento parecía que podía saltar la chispa pero la chispa no saltó. Lectura agradable pero poco más. Hay un cierto parecido a la búsqueda de los detectives salvajes pero muy alejado en calidad. Una buena reseña aquí: La luz negra. Se deja leer. Desde el comienzo, la especialidad de la Negra fueron los Lydis. La condesa Govone -ese era el apellido de casada de la austríaca Mariette Lydis- vivía en Buenos Aires desde los años cuarenta y se había hecho un nombre retratando a la alta sociedad porteña. Toda familia de alcurnia que se preciara de tal tenía un retrato pintado por Lydis en alguna pared de su casa. No siempre la retratada era la…