Editorial Bruguera, 1984. 414 pág. Tit. or. Under the volcano. Trad. Ediciones Era Epopeya de la autodestrucción Otra de mis grandes asignaturas pendientes es la lectura de este libro, del que había oído hablar muchas veces pero que nunca tenía a mano. Mi suegra me ha hecho el favor de prestármelo y desde aquí le doy las gracias porque, dentro del ejército de admiradores y detractores de esta obra yo me tengo que contar desde ahora entre los primeros. Resumir esta obra es un poco como resumir el Ulises de Joyce. Nos encontramos ante las últimas bocanadas del Cónsul, un alcohólico que malvive en una ciudad de México. Su mujer, que le había abandonado, ha vuelto y coincide con su hermano, que estaba de viaje. Los tres emprenderán un viaje en autobús durante el día de los muertos. El principal morbo del libro es que el protagonista es un trasunto claro del propio autor, alcohólico también. De ahí la intensidad, la crudeza y la sinceridad de la visión del Cónsul. Estamos ante alguien que sabe de lo que habla, y que habla muy bien; el lenguaje con el que está narrada la historia se aguanta por si solo. Incluso, como…