Errata naturae, 2009. 94 páginas. Trad. Helena González. Recoge dos obras de Luciano de Samósata. En la primera, el bibliómano ignorante, critica a un amigo rico que compre libros con el fin sólo de aparentar, pero sin leerlos. Aprovecha para meterse con su vida disipada. El texto sigue vigente hoy en día, el postureo ni ha muerto ni morirá. La segunda es un repaso y parodia de los principales movimientos filosóficos. Se venden unos esclavos, cada uno es representante de los pitagóricos, los cínicos, etcétera. El estudio introductorio de Iván de los Ríos es excelente y predispone al espíritu del libro. Un libro que hace burla de cosas serias, porque nada es sagrado y todavía menos lo solemne. Recomendable. Porque, ¿qué clase de esperanza tienes tú puesta en los libros, que estás siempre desenrollándolos y encolándolos y los recortas y untas con azafrán y cedro y los envuelves en pergamino y los provees de botones como si fueras a disfrutarlos? Por lo menos has medrado en algo con su compra, ya que te congratulas de ello —y es que eres más simple que un pez— y vives de un modo que no puede calificarse ni de medio decente, y te…