Enclave de libros, 2018. 270 páginas. Incluye los siguientes relatos: María Angulo Ardoy: Summertime. Teresa P. Mira Echeverría: Madre Patria. Chus Álvarez: Barrigas. Concepción Regueiro Digón: Plásticos. Nieves Delgado: MOM. Cristina Jurado: Huevos. Que exploran diferentes aspectos de la ectogénesis, es decir, la gestación de embriones fuera del cuerpo materno y sus diferentes implicaciones. Desde un futuro post apocalíptico donde es fundamental para crear nuevas ciudades hasta uno donde es algo tan común que es tan natural como tener un resfriado. La calidad de los relatos no es que sea excelente. Los mejores los dos últimos, sobre todo Huevos, que está muy bien escrito y estructurado. El resto no está mal, pero pecan de demasiado explicativos y de poco conflicto. No basta plantear un futuro interesante, hay que contar alguna historia. Lo mejor, el prólogo de Lola Robles. Está bien. Siempre me ha fascinado la formación de la cáscara. Es como observar una bola de cristal con nieve dentro, de esas que se prodigan en Navidad, solo que no hay que agitarla para ver caer los copos de nieve. En este caso se trata de carbonato de calcio que precipita en la matriz proteica al contacto con el huevo y…
Crononauta, 2018. 150 páginas. La lingüista Rachel Monteverde viaja al planeta Aanuk para estudiar su lengua y elaborar un informe de su sociedad. También para contactar, si es posible, con el pueblo fihdia, ciegos congénitos que apenas se relacionan con el exterior. Bien escrito y entretenido no aporta nada, en mi humilde opinión, a la literatura de ciencia ficción que no se haya hecho antes. Las ilustraciones le dan un aire de novela juvenil que es donde realmente encaja. Se deja leer. Le diré que los aanukiens eran hermosos: altos, esbeltos, de pelo muy negro y liso, ojos grandes, almendrados, en general negros también, de piel tostada, facciones luminosas. Le diré que eran alegres: les gustaban las fiestas (siempre tenían un pretexto para organizar una), les gustaba la música, el baile, cantar, al ritmo de sus hachols, una especie de violi-nes, y sus tambores o alussas. Los pastores nómadas solían ser los mejores músicos. Recuerdo muy bien cómo los habitantes de Laari decidieron celebrar una fiesta en mi honor, cuando la nave que me había traído se fue y yo me instalé en el pueblo. Fue una noche, al aire libre. Tendríamos, me anticipó Ridra, buena comida, buen vino (los…