La línea del horizonte, 2016. 158 páginas. Trad. Salvador Sediles y Carlos Muñoz Gutiérrez. Reflexiones acerca de la naturaleza del pensador Emerson, llamado en la contraportada del libro el Virgilio norteamericano. Exageradamente, en mi humilde opinión. Más de acuerdo estoy con las frases del prólogo que afirman que no es un pensador que supere a sus fuentes ni un poeta que supere a sus contemporáneos. Porque el libro, pese a su brevedad, se me hizo larguísimo. Nada de lo que decía el autor me resonaba o iluminaba nada dentro de mí. Una falta de sintonía con el texto que hace que cualquier cosa que diga vaya en menoscabo del autor, seguramente sin justificación. A mí no me ha gustado, pero si el autor es un clásico por algo será. II. BELLEZA La naturaleza provee el más noble anhelo del hombre, es decir, el amor a la belleza. Los antiguos griegos denominaron a la belleza con la palabra xocr[¿o<;22. Debido a la constitución de todas las cosas, o al poder artístico del ojo humano, las formas primordiales como el firmamento, la montaña, el árbol, o el animal, nos proporcionan deleite en y por símismas: un deleite que emana del entorno, el…
La línea del horizonte, 2017. 124 páginas. No soy amigo de los libros de viaje, pero este de mi amigo Sergi no lo es. A medio camino entre las descripciones del lugar y la introspección, entre la guía y el dietario, es un poquito más que ambos. El autor no sólo se pasea por las calles de Budapest y nos hace vivir su ambiente particular, también -y esto es de agradecer- nos cuenta el tono emocional que siente en sus recorridos. Leemos pues, no por descubrir un paisaje, sino por el placer del texto. Muy bueno. El pudor que a menudo me asalta para no contarlo todo en mis diarios o en mis crónicas de viaje desaparece en la ficción, en la que callo lo que no aporta pero, de algún modo, intento condensar todo el material humano posible para destilar el sentido de sus historias. Las que fluyen por debajo del fragor de la historia y gotean en una novela, a modo de resurrección de la vida privada de los muertos y quién sabe si para salvar a los vivos del olvido. La idea me ronda mientras, cerca del Parlamento, me siento de nuevo —año y medio después, todavía…