La Cúpula, 2008. 106 páginas. Trad. Ana Bejarano. El protagonista trabaja en la pizzería Kamikaze, en el lugar -tan parecido a la tierra- donde van las almas de los suicidas. Allí pasan los días grises, igual que cuando estaban vivos, sólo que con algunas cicatrices. La noticia de que su novia se ha suicidado y que tiene que estar en algún lugar de ese extraño mundo le llevará a una esperanzada búsqueda. Basada en un relato de Etgar Keret, del que voy a buscar su libro de cuentos ya mismo, escapa de tópicos y construye una historia de esperanzas tenues como la niebla, fiel reflejo de una existencia en tonos grises. Muy bueno.
La Cúpula, 2017. 208 páginas. Dos historias paralelas que se leen desde los dos puntos de entrada del cómic, y que se juntan en el combate final. En una esquina, Rafa, de origen humilde que logra triunfar en el cuadrilátero a base de sacrificio pero que acabará en la cárcel. En la esquina opuesta Héctor, hijo de una estrella del atletismo que escoge el boxeo para escapar de su padre y porque tiene talento. El guión es ágil como el juego de piernas de los protagonistas, pero en mi opinión con demasiados tópicos (el padre controlador, el boxeador impulsivo, el entrenador sabio…). Pero combinados con un dibujo magnífico, de rojo abundante y trazos poderosos te golpea como un buen jab de derecha. Una buena reseña aquí: El boxeador. Excelente.
La Cúpula, 2010. 220 páginas. Impresionante historia de dos hermanos adolescentes aquejados de esquizofrenia y como van lidiando con ello. Él ve a un pequeño mago que le ordena dibujar. Ella está obsesionada con los insectos y escucha a un sapo que le dice que es la líder. Ya su abuela enfrentó problemas parecidos. El dibujo es asfixiante por momentos; es una obra que tiene todo el sentido en el ámbito gráfico, aprovecha el potencial del dibujo para mostrarnos la visión distorsionada de la realidad que tienen los protagonistas. Turbador.
La cúpula, 2016. La pequeña Constance vive con sus abuelos una existencia agobiante. La sombra de una hija perdida hace que sus movimientos estén limitados, principalmente por su abuela, una mujer estricta que la mantiene a ella y a su abuelo a toque silbato. Pero cuando creemos que la historia va por un determinado cauce, la cosa se vuelve sorprendente. Una historia de rompe y rasga, donde se conjugan los malos tratos infantiles, la confusión sexual, el desequilibrio mental, la dominación en la pareja y un largo etcétera con un tratamiento gráfico potente, con imágenes que parecen grabadas en piedra. Intenso y turbador.
La cúpula, 2009. 254 páginas. La historia del espía Richard Sorge es de aquellas en las que la realidad supera a la ficción. Avisó a la Unión Soviética de la Operación Barbarroja, aunque Stalin no le tomó en serio. De más ayuda fue su aviso de que Japón no invadiría Manchuria. Con esos mimbres esperaba un cómic a la altura, pero me ha decepcionado bastante. Mi impresión general se resume en una palabra: confuso. Confuso el guión, que se demora en detalles accesorios y en muchas ocasiones incomprensibles y que no proporciona detalles de la trama. A la vez inserta páginas explicativas donde los protagonistas, desde el presente, relatan algunos hechos. Confuso también el dibujo. Sorge aparece muy bien retratado pero el resto de personajes son difíciles de adivinar. Las mujeres son prácticamente idénticas y sólo se distinguen por el vestuario. Esto lo hace también difícil de seguir. Aquí: Periodismo, el arma secreta… encontrarán mejor información que la de esta novela gráfica.