Alfaguara 2005, 2006. 518 páginas. Trad: F.C., Pedro Camacho y Luis Molins. Nada conocía del autor antes de enfrentarme a la lectura de este texto, pero luego he seguido las vicisitudes de su vida (Knut Hamsun). Incluyendo una reunión con Hitler -era admirador de los nazis- que acabó como el rosario de la aurora. Son tres novelas que tienen como protagonista a un vagabundo -aunque no tanto en el sentido moderno- es alguien que ha dejado atrás su vida burguesa y se dedica a vivir a salto de mata, con los trabajos que le van saliendo y sin más objetivo en la vida que ver el día siguiente. Por el camino se retrata con una prosa excelente y una mirada certera la sociedad de su tiempo. El autor escribe muy, muy bien. No es prosa del XIX, es prosa intemporal, fresca como los arroyos del deshielo de los grandes montes, y tan poética como sus paisajes. La única razón para que no sea un autor más famoso imagino que se debe a sus filiaciones políticas. Un libro extremadamente recomendable. Otra reseña: Un vagabundo toca con sordina Cuando el sol se ponga, tal vez el somormujo entone sus melancólicos hurras desde…
Anagrama, 2006. 162 págins. Tit. or. Pan. Trad. Kirsti Baggethun y Asunción Lorenzo. Después de merendarme la estupenda trilogía del vagabundo le toca el turno a este Pan, no tan grande como aquella pero escrita con la misma calidad de lenguaje. Un teniente vive en una cabaña de las montañas, dedicado al ideal romántico de inmersión en la naturaleza. Se enamorará de una chica del pueblo, coqueta e inconstante. La cosa no acabará muy bien. Hay varias cosas notables. La primera, la excelente prosa. Knut escribía muy bien -y es una pena sus simpatías por los nazis, que lo tienen algo sepultado- y su lenguaje es claro y muy moderno. Lo segundo, el juego de narradores; la novela se cuenta desde el punto de vista del teniente, que no es un narrador fiable. Pero se añade un epílogo de un compañero futuro del teniente que complementa la historia y que, a la vez, tampoco es un narrador fiable. Por último la trama que, bajo la apariencia de un doble triángulo amoroso, hace un retrato excelente de la sociedad. Muy recomendable. Un hombre me preguntó si ya no cazaba; no había oído ningún tiro procedente de las colinas, dijo, y llevaba…