Katz editores, 2006. 224 páginas. Tit. Or. Sweet dreams. Philosophical obstacles to a science of consciousness. Trad. Julieta Barba y Silvia Jawerbaum. La conciencia es un misterio del que todavía sabemos poco. Pero ¿es un misterio explicable o inefable? ¿Hay un alma escondida en alguna parte que explica su singularidad o encontraremos el mecanismo que la provoca? De momento estamos muy lejos de saberlo, pero nada nos impide posicionarnos. El autor es de los que piensan que en la conciencia no hay nada que no sea materia. O, como dice en una cita: En su reseña del último libro de Colin McGinn, afirma: «la conciencia nos resulta misteriosa porque todavía no tenemos una imagen adecuada de la materia». Luego agrega: Tenemos muchas ecuaciones matemáticas que describen la conducta de la materia, pero en verdad no sabemos nada acerca de su naturaleza intrínseca. La única pista con que contamos es que, si se la dispone como está organizada en objetos como el cerebro, lo que se obtiene es la conciencia (Strawson, 1999). O lo que es lo mismo, la materia tiene tantos misterios como los pueda tener la conciencia. Hay dos posturas básicas; los que creen que un mecanismo, por sofisticado…