La colección ¡Vaya timo! está dejando de lado el didactismo en sus últimos títulos y alcanzando madurez y personalidad propia. En este libro se analizan los llamados productos naturales con rigor y contundencia. Vivimos en una sociedad en que lo natural se considera equivalente a bueno. En un mundo mecanizado, alejado de la naturaleza, parecemos sentir añoranza por épocas más bucólicas, en las que comíamos lo que la madre tierra nos otorgaba, no existían los conservantes y dormíamos arrullados por los pajaritos. La realidad, sin embargo, es muy diferente. Cito del libro: Lo de la vuelta a la naturaleza y a la vida en el campo es un mito que, cuando se lo han apropiado determinados grupos políticos o religiosos, ha ido de lo pintoresco (los amish de Pensilvania) a lo trágico (Pol Pot en Camboya). Parte del equívoco surge de pensar que la naturaleza es algo amable que espera al hombre con los brazos abiertos para colmarle con sus bienes, cuando en realidad la naturaleza no es más que una competición por los recursos. Tratar de juzgarla con términos humanos nos induce a error, puesto que la naturaleza es la que es y pasa de nosotros, aunque los términos…