Jorge Riechmann. El Común de los mortales.
Poesía / julio 1, 2024

Tusquets, 2011. 264 páginas. Poemario de Riechmann que, como me gustó aquel de El día que dejé de leer el País quise repetir. Y, en este caso, no me ha gustado tanto. Sigue con la literatura de compromiso pero en mi opinión demasiado evidente. Sigo comulgando con las críticas del poeta al mundo en el que vivimos y el poder omnímodo del capitalismo, pero me gusta que las cosas tengan como mínimo media vuelta, y aquí los poemas son demasiado directos para mi gusto. Pero en general lo he disfrutado. Bueno. PALABRAS CON MINÚSCULAS HUMANISMO a pesar de amor a pesar de libertad a pesar de sostenibilidad a pesar de socialismo a pesar de poesía a pesar de LA CONDICIÓN HUMANA VII Las prisiones pueden convertirse en hogares la mano tendida en puño cerrado y la casa del padre en el peor de los infiernos Pues también somos campeones de la ambivalencia Ay, esa fascinante disposición humana a querer a la vez una cosa y su contrario Y por detrás de todo: la necesidad inaplacable de dar sentido al mundo que carece de él

Jorge Riechmann. El día que dejé de leer El País.
Poesía / diciembre 28, 2017

Hiperion, 1997. 126 páginas. Poco podía imaginar el autor lo vigente que iba a resultar su poemario veinte años después. El periódico nombrado ha ido escorándose a la derecha hasta resultar irreconocible. las noticias todavía se pueden recortar para construir poemas, sólo que cada vez son más negros. El pensamiento marxista, la izquierda, es todavía más necesaria que antes porque nos están comiendo por los pies. Poesía comprometida, que arrastra su mala fama, pero que cuando es de calidad -como es el caso- consigue emocionar estéticamente y conmover ideológicamente. Muy recomendable. MENINA DA RÚA, 1994 ¿No sería posible que yo volviera a nacer? pregunta una niña de la calle en Brasil y lo transmite el periodista Dimenstein que ha investigado esa masacre —»un proceso sistemático de aniquilamiento: a los niños se los tortura se los aterroriza se los prostituye»— con riesgo de su vida. Consideradas las cosas fríamente y tras un somero cálculo de probabilidades se impone la conclusión de que habría que devolver a la realidad a esa chiquilla: ¿cuántas veces desgraciada cuántas veces tendrías que volver a nacer? (Hace ya años, pospuse a mi libro Material móvil una cita de Jan Myrdal. Como entretanto los avatares de la…