Seix Barral, 2013. 224 páginas. Si tenemos que hacer caso a la solapilla este libro ha sido todo un fenómeno y se va a publicar en no se cuantos países. Hay que comprobar, pues si es para tanto para poder hablar con conocimiento de causa. Un niño se escapa en un ambiente de sequía perpetua, una España profunda intemporal que lo mismo puede ser de la postguerra que postapocalíptica. En su huída se encontrará con un cabrero, que le ayudará a esconderse frente a la persecución del alguacil. Lo han comparado con La carretera y algo de eso hay. Comparten paisaje desolado, pero hacen hincapié en distintas soluciones. El lenguaje correcto, enjuto y seco como el ambiente, con cierto lirismo y salpicado de jerga agropecuaria -que ha asustado a bastantes. No me ha parecido tan bueno como para levantar tanto revuelo, pero mucho más que los libros que suelen levantarlo. Se lee con gusto. Más reseñas: Intemperie, de Jesús Carrasco , Intemperie, por Jesús Carrasco y INTEMPERIE de Jesús Carrasco . Calificación: Bueno. Extracto: Hizo memoria de su encuentro con el pastor. El perro oliéndole la mano y el hombre fumando encorvado, con la manta sobre las piernas. Al mediodía…