Akal 1998,2004,2007. 286 páginas. Trad. Pedro López Barja de Quiroga. La invención de la escritura es un hito tan importante que sirve de línea divisoria entre la prehistoria y la historia. Se inventó para solucionar problemas de burocracia, apuntar impuestos y llevar la contabilidad, pero no tardamos mucho en darle otro uso: transcribir las historias que la tradición oral llevaba años contando. Por eso el primer poema que conservamos es una historia coherente que todavía hoy somos capaces de leer por placer. Al no tener ningún registro completo, sólo restos de tablillas mejor o peor conservadas, cada edición intenta resolver el problema de mejor o peor manera. Yo, que he leído bastantes ediciones, considero que esta de Jean Bottero es la mejor de las que me he encontrado. El autor es un verdadero experto en la cultura mesopotámica y se nota. Los textos del prólogo y epílogo nos sitúan en contexto y explican las diferentes versiones y fragmentos que hay. La decisión de utilizar el texto de la versión más completa que tenemos, por un lado, y los restos de las otras versiones aparte consigue evitar esas reconstrucciones forzadas que ensamblan de allí y de allá. Las notas al pie…