Javier Vergara, 1997. 430 páginas. Tit. Or. Der schatz des Priamos. Trad. María Gregor. En este libro se cuentan dos hstorias que parecen de novela. La vida de Heinrich Schliemann, que de la nada consiguió hacer una enorme fortuna mediante el comercio primero y haciendo de banquero en Sacramento durante la fiebre del oro, además de con negocios inmobiliarios. En 1868 decide dedicarse a la arqueología y buscar nada más y nada menos que las ruinas de Troya. !Y va y las encuentra! Por otro lado, y más brevemente, se cuenta la historia del tesoro de Príamo, que Schliemann donó a Alemania, y que se perdió durante la segunda guerra mundial. Pero no se perdió, lo estuvo custodiando el profesor Unverzagt hasta que se lo llevaron los rusos. Luego estos cantaron el pío pío yo no he sido, yo no lo tengo y así hasta 1993. En ese año aparece en el museo Pushkin, donde había estado siempre. Y se montó la marimorena: La aparición del tesoro de Príamo enfrenta a cuatro países en una nueva guerra de Troya Que alguien alcance una fortuna es meritorio, aunque no infrecuente. Que un aficionado con pájaros en la cabeza y sin ninguna…