E.d.a. libros, 2010. 122 páginas. Una buena cantidad de microrrelatos de los que dejo abundante muestra. Bueno. Nominalismo Todos los hombres, en el vertiginoso instante del coito, son el mismo hombre. (j. u borces) En pleno éxtasis, se aprieta voraz contra él, lo encierra entre sus caderas, le clava las uñas ardientes en la espalda y grita de placer: ¡Faaabio!, ¡Armaaand!, ¡Céeesar!, ¡Cyriiil!, ¡Bruuuno!, ¡Ricaaardo!, ¡Feee-de!, ¡Erneeesto!, ¡Juuulio!, ¡Ahmeeed!, ¡Giovaaanni!, ¡Buuuba!, ¡Aaalex!, ¡Jean Baptiiiste!… todos los nombres, excepto el suyo. Globolización Se despertaron extraños. Arrastrados todos por la misma especie de ñic-ñic aplacado, ruido elástico, como la pertinaz queja de un somier antiguo. Pensaron en abrir los ojos, en rascarse la cabeza: fue entonces cuando tocaron la goma. Caminaron hacia los lavabos mientras trataban de aferrarse al sueño, a la mínima esperanza de que todavía estuviesen dormidos. Colgados donde siempre, los espejos continuaban siendo cristal y azogue; sin embargo todas las cabezas se habían convertido en globos. Maldita globolización…, mascullaron al unísono. ¡Malditos hijos de la gran puta!, repitieron amargamente frente a sus reflejos hinchados por la ira. Una hoja de afeitar brillaba sobre cada uno de los mármoles. LOS SÍNDROMES DE ESTOCOLMO Te puede pasar a ti. Perder el…