Gredos, 2012. 414 páginas. Tit. or. Contested Will. Trad. José Luis Gil Aristu. La polémica sobre si Shakespeare fue realmente quien escribió las obras que le atribuyen no ha agarrado con fuerza en nuestro país. Yo me enteré por un comentario en una obra de ficción. Pero en el mundo anglosajón ha sufrido altibajos y actualmente sigue siendo algo candente. El autor ha hecho un estudio de las dos corrientes principales. Una es que fue Francis Bacon y otra Edwar de Vere. Cada una tiene una sección donde se detalla cuando aparece la hipótesis, los principales valedores (entre los que nos encontramos figuras de la talla de Mark Twain o Sigmund Freud), a la vez que se desmontan un poco las razones que aducen los partidarios. Acaba con una sección dedicada a las razones por las que sí debemos creer que fue realmente Shakespeare quien escribió sus obras, porque documentación y pruebas hay, aunque haya gente que quiera ver conspiraciones donde no las hay. De rebote el libro es un excelente manual sobre como nacen, crecen y se reproducen las conspiraciones, y lo difícil que es acabar con ellas. Ésta, en concreto, es de las que llamo yo de mente…