Seix-Barral, 1985. 326 páginas. Tit. Or. Billard um Halb Zehn. Trad. Margarita Fontseré. Para una reseña convencional, pueden ir aquí: Billar a las nueve y media – Heinrich Böll. Este es uno de los libros que más veces he regalado (y todavía tengo dos ejemplares en mi biblitoeca). Que se encuentre con facilidad de saldo tiene también algo que ver. Pero esta historia familiar entre un abuelo que construye una abadía ganando a prestigiosas firmas, un padre que dedica sus conocimientos a destruir edificios y hacer cálculos de estática, y un nieto que reconstruye la abadía del abuelo está llena de historias y de ternura. Siempre pongo extractos, pero esta vez les pido que los lean. Merece la pena. Al igual que este libro que he tardado demasiado en releer, porque debería haberlo hecho con más frecuencia. Nos habla sobre la importancia de las personas frente a los edificios y el arte, de la importancia de no comer del sacramento del búfalo, o lo que es lo mismo, no ejercer violencia sobre tus semejantes o permitirlo, y en definitiva, sobre la importancia de ser humanos. A mí me conmueve profundamente. Calificación: Imprescindible. Un día, un libro (266/365) Extractos: Ya puedes…
Editorial Seix Barral, 1973. Trad. Margarita Fontseré. Tit. Or. Haus obne Hüter, 1954. 244 páginas. Retrato de la postguerra alemana A este autor me lo recomendaron hace mucho, mucho tiempo, y como sus libros siempre tenían una calidad bastante buena, lo iba comprando cuando veía algo suyo por ahí. Hasta que me encontré con Billar a las nueve y media, un libro de esos que te marcan, que, además de ser buenos, te traspasan de una manera especial y ya van contigo para siempre, que te dan ganas de coger al autor y decirle ‘Pero como has sido capaz de hacer esto’ (categoría en la que, personalmente, tengo a muy pocos; Las Olas de Virginia Woolf, Los Detectives Salvajes de Roberto Bolaño y, bueno, cualquier cosa de Cortazar, pero es que Cortazar es mucho Cortazar -Y, por cierto, acabo de descubrir que este año 2004 es el año Cortazar, porque el jueves fui a ver a una amiga que cuenta cuentos en un local de Barcelona, el cincomonos, que recomiendo visitar a todos los amantes de la literatura, y no, no me dan comisión-). Un libro, en fin, que me dejaba con los ojos llorosos y me impedía leerlo en…