La infancia de cualquier chaval de mi generación -y de las anteriores y posteriores- estaba inundada de tebeos de la factoría Bruguera (no olviden visitar el excelente blog Lady Filstrup). No es que me queje, pero por ahí se estaban haciendo otras cosas que no traspasaban las fronteras. No sé en dónde ni cuando leí algo de Gotlib; sí recuerdo que me gustó mucho y que era algo diferente a lo que había leído hasta entonces. La maestría de Gotlib está en la expresividad de sus personajes. Muy pocas veces he visto dibujar unos gestos tan graciosos con tan pocos trazos. De ahí que tenga muchas páginas de adivinar cosas a través de unos personajes en acción (tienen un ejemplo al final de esta entrada). Mucho antes de que el manga pusiera de moda la exageración gestual Gotlib utilizaba recursos parecidos con gran maestría. Cuando ponía su arte al servicio de un buen guión los resultados eran impresionantes (a continuación verán ejemplos) pero no ha sido un autor muy publicado en este país -o yo no he sabido encontrarlo. No he leído nada de su personaje más famoso, Gai-Luron. Apenas he encontrado algunas historias de un par de páginas, no…