Trotta, 2000. 420 páginas. La ciudad de Ebla es una ciudad situada en Siria que tuvo su momento de gloria en el tercer milenio y relaciones comerciales con el imperio sumerio. Se han encontrado multitud de tablillas que nos dibujan su modo de vida, su organización y sus religiones. El autor fue quien primero descifró estas tablillas, que fueron recibidas con un cierto escepticismo. Ni pensaban que sería una gran ciudad, ni que la lengua fuera la que decía el investigador, pero posteriores descubrimientos le dieron la razón. Y en este libro se respira un cierto aire de ‘ya os lo dije’ y de revanchismo que personalmente me ha sobrado un poco. La información acerca de la vida y costumbres de los eblaítas, sin embargo, es muy interesante. Nos la pone en el contexto de los primeros imperios de la humanidad, un periodo muy largo de tiempo del que, sin embargo, tenemos una información escasa y fragmentada. Bueno. Que semejantes obras literarias estuviesen custodiadas en bibliotecas lo documentan, por una parte, los ejemplares encontrados en Ur, pero sobre todo la Biblioteca de Assur, promovida y constituida por Tiglat-Pileser I. Son más de doscientas tablillas de contenido literario las que se…