Galerna, 2018. 384 páginas. Ensayo en defensa de un feminismo que reivindique el goce, que tanto miedo ha dado siempre a los hombres, hasta el punto que cualquier mujer que sea objeto deseante tiene que sufrir adjetivos poco edificantes. El estilo es bastante novedoso, hay poesía, artículos, textos de ficción, referencias a programas y revistas de salseo… a mí me costó un poco entrar y no lo logré del todo, en parte por las referencias a unos referentes argentinos que me son por completo desconocidos. A veces se repiten los temas e incluso las afirmaciones y la edición deja bastante que desear, pero en conjunto es interesante y esclarecedor. Bueno. Una mujer que quiere acostarse después de acostarse —sin pensar en irse, en huirse, en blindarse— sabe que si los dos cuerpos se rinden y se dan vuelta, se reinventan. Entonces el cuerpo gira, se acomoda y así se hace noche y se rehace el día. Una mujer que duerme con un cuerpo desnudo, abrazado, despatarrado, sabe que es su atrás, su columna vertebral, su trasero, su cuerpo sin voz, sin palabra, sin siquiera mirada, el que arrima. Una mujer que sabe desandar sus maratones y volverse caminante con sus…