Galaxia Gutemberg, 2012. 168 páginas. Recopilación de columnas publicadas en El País, acercando la filosofía a temas mundanos. Algunas brillantes, en general bastante normalitas, siempre entretenidas. Con algunas estoy en completo desacuerdo, como en el caso de la titulada ‘Yo no he sido’, cuya tesis es que parte de la culpa de la crisis actual es porque hemos vivido por encima de nuestras posibilidades. Pone el ejemplo de un niño que, jugando a la pelota, rompe un jarrón y dice ‘Yo no he sido’. El que ha roto el jarrón ha sido el niño, pero si es el adulto el que le ha dejado jugar, es quien debe asumir la responsabilidad. Y si no solo lo ha permitido, sino que le ha animado, y le ha metido dentro de la habitación con la pelota, todavía más. Aún iría más lejos: el intento de culpar a la víctima es el peor de los ‘Yo no he sido’. Pero este es un caso aislado, casi todas las columnas tienen su interés. Calificación: Bueno. Luego estaría la resignación, cuyo lema se condensaría en el célebre dictum de Churchill: «La democracia es el menos malo de los sistemas políticos». Vale decir: en nuestra época…