Reservoir books, 2020. 150 páginas. Medea sufre su castigo: ser inmortal dentro de un bloque de hielo que navega a la deriva por un mar infinito. Apenas algunos elementos que interrumpen su existencia (un brote, un albatros) y sus pensamientos, susurros que el viento trae a su sueño inquieto. Fermín firma una obra de estética minimalista, tanto en dibujo como en guion, pero que captura el espíritu de esa Medea indomable, que elige su destino y no se arrepiente de nada. Me ha fascinado. Muy bueno.
Astiberri, 2005. 96 páginas. Historias de la niñez de Martín Mostaza, centrándose como siempre en lo cotidiano, momentos tiernos sin gran trascendencia pero muy bien contados. Fermín Solís tiene mucho talento para contar historias, y estas nos traen el recuerdo de nuestra infancia, más libre y salvaje que la de ahora. Muy recomendable. Otra reseña: El año que vimos nevar
Astiberri, 2009. 128 páginas. Voy descubriendo a este autor que cada vez me parece más interesante. En este caso se aleja del género autobiográfico y nos cuenta la historia detrás del rodaje del documental de Buñuel ‘Las hurdes, tierra sin pan’. Con un estilo de dibujo muy particular y efectivo y una excelente estructura narrativa. Una historia muy bien contada.