Eterna cadencia, 2021. 88 páginas. Poemas que hablan del propio oficio de la poesía, con la disputa de ser poeta o poetisa, que reclama la genealogía de escritoras que han antecedido a la propia escritora, la losa de los vates que acechan en las esquinas y las cartas perdidas pero luego reencontradas. Porque las mujeres no escriben para convencer a nadie, y sin embargo y sin embargo, a veces lo que empieza como poesía no tiene por qué terminar como novela. Puede acabar siendo poesía. Bueno. Pero lo que empieza como poesía suele terminar como novela porque las palabras son todas nobles hasta que se les pega el virus del estereotipo. Poetisa era noble hasta que se la usó para despreciar a nuestras propias abuelas las grandes versificadoras del amor. Abuela es noble cuando en la cadena inclusiva que la transporta hasta les nietes son ellos y ellas quienes me reclaman. Quieren que les invente un idioma para aprender a hablar.
Eterna cadencia, 2010. 170 páginas. Quien iba a decir que la virgen María iba a utilizar para comunicarse con la humanidad a la hermana Cleopatra, una travesti que vive en una villa pobre de Buenos Aires, y que liderará enormes cambios en una comunidad de gente del margen que, de repente, tiene un objetivo. Brutal. Estupendamente escrita, una trama que se desparrama a lo ancho pero que te tiene en el sitio, unos personajes de los que te enamoras, sus toques de crudeza, de ternura, de ilusión y de desesperación. He disfrutado muchísimo leyéndola. Muy bueno. Además, querida, vamos a ser madres». «¿Y qué, Cleo?», pude meter bocado, «¿por eso nos vamos a cagar en toda la humanidad?». Suspiró Cleopatra: «Ay, no, Qüity, cagar no, pero nuestra hija tiene derecho a la felicidad y nosotras el deber de cuidarla antes que nada. Además, sí, podemos ser egoístas como todas las madres del mundo, hasta la Virgen lo dice: si era por ella, Jesús trabajaba de carpintero y se casaba con María Magdalena, que por puta que fuera era mejor que trabajar de mesías y casarse con una cruz. Porque está bueno que los hijos vivan, por más que resuciten si…
Eterna cadencia, 2015. 96 páginas. Incluye los siguientes relatos: El amor El matadero Inspiración El error Este sol es pura agua La verdad El tiro de gracia Cuerpo a tierra Feldman El final del amor Que oscilan entre lo divertido de El amor donde la homosexualidad desmonta viriles mitos gauchescos, lo metafísico de El matadero y su particular silencio de los corderos o la extraña mezcla entre absurda y terrible de Fieldman. Pero de entre tanto y bueno me quedo Este sol es pura agua escrito en estado de gracia, divertido, tierno, ocurrente y de los que quedan para siempre en la memoria. Muy bueno. Existen las ciudades que se ubican a prudente distancia de sus montañas (un caso: Santiago de Chile). Lo hacen para obtener el beneficio de la visión panorámica que es tan propia de las tarjetas postales. Y existen las ciudades que se ubican al pie pero para convertirse en una especie de mirador de sus propias montañas (un caso: Río de Janeiro), en una perpetua vanidad de adorar y de adorarse. En cambio, Bogotá se deja simplemente estar al pie de las montañas, con la deliciosa naturalidad de quien se echa o se recuesta, sin modestias…
Eterna Cadencia, 2017. 125 páginas. Incluye los siguientes cuentos: El ojo Alfredito La Ola Meteorito Caníbal Chaco Nuestro mundo muerto Cuento con pájaro Ya comenté cuando leí Vacaciones permanentes que era una autora a la que seguir la pista, y es cierto. En este su segundo libro de relatos abandona la sensibilidad de sus anteriores cuentos y ons ofrece una paleta de situaciones oscuras, deprimentes, marginales a veces, que nunca concluyen porque todas parecen anticipar el fin del mundo. Mis preferidos son los últimos. Canibal, sobre la pareja de una posible traficante, sus viajes en el mundo y su vida en habitaciones de hotel. Chaco, relato cudrísimo y fantasmagórico alrededor de la muerte y la posesión. Muy recomendable. El murmullo volvió a crecer en mi cabeza. El río se hizo veneno, el pescado se murió. La hambre fue grande, la comida faltó. Mandaron tres a cazar, ninguno de ellos volvió. Chupando huesos de chancho la gente los encontró. Ayayay. Amarrados de las manos los trajeron de regreso. Cada uno de los niños con un palo les pegó. La cabeza del más joven como zapallo se abrió. A los perros les largamos, la carne les escurrió. Los clavamos con la lanza,…
Eterna Cadencia, 2011. 206 páginas. Trad. Ryukichi Terao y Gregory Zambrano. Incluye los siguientes relatos: La invención de R-62 El palo El dictador El método El valor de las orejas El misionero Historia de las pulgas que viajaron a la Luna Total Scope / Cine perfecto La soga El diablo El cuarto de los niños En general no me han impresionado demasiado, más tirando a Kafka que a la ficción científica, pero sin tener tampoco mucha profundidad. Los mejores, en mi opinión, La soga y El cuarto de los niños, más oníricos y crueles que el resto. Se deja leer. El diablo Un día encontré una trampa ratonera al fondo del armario. Aunque no recordaba haberla comprado se me ocurrió probarla, pues se percibía la presencia de roedores desde hacía algunos días; la instalé en un rincón de la habitación con restos de granos de soja fermentada como cebo. Ese mismo día hubo una presa. Al volver a casa después del trabajo, escuché un chillido en la oscuridad. Cuando prendí la luz, vi que había quedado atrapado un pequeño animal extraño de color verde azul. Esta no fue toda mi sorpresa; ese animalito, al voltearse para verme, juntó las dos…