Seix Barral, 2018. 192 páginas. Tit. Or. La natura exposta. Trad. Carlos Gumpert. En una aldea perdida de las montañas tres hombres se ganan la vida pasando gente a través de la frontera. Uno de ellos, escultor ocasional, devuelve siempre el dinero que cobra por la travesía. Pero se acaba sabiendo y marcha de la aldea, encontrando en su nueva vida un encargo curioso; retirar de una estatua de un cristo crucificado la veladura que se puso sobre el pene desnudo, la naturaleza expuesta del título. Un lenguaje muy sobrio, mezcla diferentes tramas (los clandestinos, la escultura, lo religioso y lo profano…) que aunque muy disímiles encajan bien en la mente de esta persona sin muchas dobleces pero con mucha profundidad. Lo vas leyendo con mucha curiosidad por ver lo que va a ir pasando, y yo personalmente me he quedado con la duda de algunas motivaciones del final. Bastante recomendable. Otra reseña: La natura expuesta. El condenado está muriendo, ya en los espasmos que culminan a menudo en una erección mecánica. Así arrecia la muerte dentro del cuerpo joven. El corazón impulsa los latidos terminales, la sangre queda ahogada en el centro, el aliento sale para no regresar, lanzado…