Pepitas de calabaza, 2017. 134 páginas. Colección de cuentos que conforman una novela gracias a personajes que comparten escenario y relaciones en el tiempo. Desde un desertor de las tropas napoleónicas hasta un pastor que luchó en la guerra de Filipinas. Todo ambientado en un entorno rural donde los inviernos son largos. Comienza con un prólogo desde el punto de vista de un espantapájaros que es lo que menos me ha gustado del libro y que me hizo temer lo peor, pero por suerte el resto del libro (incluyendo el epílogo en el que repite el espantapájaros) es una delicia de historias donde la ternura combate al frío del entorno. Me lo recomendaron aquí: Invierno y en el meetup, siendo un plus que la escritora sea de La Rioja, como yo. Me ha encantado. Muy recomendable.