Abraxas, 2000. 252 páginas. Un proceso de hipnosis hace que un joven de fines del XIX se quede en animación suspendida y vuelva a la vida en el año 2000. Allí descubre que la sociedad se ha convertido en una utopía donde la propiedad privada ha desaparecido y todos tienen acceso a cualquier bien disponible. Parece increíble que en un país bandera del capitalismo se escribiera y tuviera tanto éxito un libro decididamente socialista donde los medios de producción los controla y distribuye generosamente el estado. Son curiosos los aciertos pero mucho más los fallos. Pasado el año 2000 estamos todavía muy lejos de vivir en ese paraíso, las desigualdades siguen siendo tan infames como antes y pese a que la tecnología nos ha dado una capacidad de producción increíble la mayor parte de la población vive en la pobreza. El libro en sí es aburridísimo, porque no hay ninguna trama, sólo una explicación de cómo está organizada esa sociedad y cómo todo va a las mil maravillas. Como desde los ojos actuales sabemos no sólo que eso no se ha cumplido, sino que es difícil que una sociedad se organice siguiendo unas directrices tan cabales da un poco de…