Ediciones Oblícuas, 2010. 236 páginas. Tres historias que se mezclan. Un accidentado en un hospital que lucha por su vida, un periodista musical que está a la caza de la mejor entrevista de su vida, y un cantante de éxito que busca la felicidad en su arte. Una historia que te atrapa desde el principio para saber qué es lo que ocurre y el por qué de esa persona en el hospital y que se resuelve con un final de giro sorprendente y que hace que todo encaje en su sitio. Las referencias musicales y a lugares míticos de Barcelona le dan un sabor especial. Bueno. ¿Academia de las Artes y las Ciencias de la Música? ¿Era posible reducir la creación artística a mera fórmula matemática? A la vista de lo que sucedía en las listas de éxitos y las nominaciones para los premios del día siguiente, muchos debían pensar que sí. Para algunos, la música que le gustaba a Ramón Lio-pis (o parte de ella) era puro ruido incomprensible, y sin embargo para él era uno de los aspectos más importantes de su vida. Y él solía despreciar las bobaliconas y fáciles composiciones que solían escalar hasta los primeros…
Ediciones oblicuas, 2011. 322 páginas. Un trío de amigas se enfrenta a diferentes crisis de los cuarenta cercanos a los cincuenta. Eva y María están preocupadas por el comportamiento extraño de Puri. Eva ha tenido un diagnóstico médico preocupante y María ha tenido una aventura de la que se arrepiente. La novela combina la trama principal, que es un poco averiguar las razones por las que Puri, que siempre ha sido una mujer muy correcta e incluso pija, está haciendo cosas que no tienen mucho sentido, con divagaciones de la protagonista que interpelan al lector acerca de diferentes temas (la invisibilidad, los problemas de autoestima…). Al principio pensaba que no pegaban mucho, pero estas partes acaban siendo las más divertidas del libro. Una novela que explora los problemas de ser mujer de un modo desenfadado y entretenido. Bueno. El caso es que sí, con mi cuarentena (y pico), y embarazada como un tonel…, bueno, como un tonelillo…, tal vez, para ser exacta, como un minitonelillo. Y, sí, sigo estando dentro de la década de los cuarenta, a pesar del brete en el que me encuentro metida. Eso me dijo el médico, lo juro: —Sí, estás como de cuatro meses y…