Thule ediciones, 2008. 142 páginas. Cuentos rimados y con moraleja, como los buenos clásicos. Pero los temas son otra cosa, Alicias drogadictas, Cenicientas gordas, cerditos hipotecados, vueltas al mundo en un metro… Hay algunos verdaderamente notables y muy divertidos. Otros tiernos (La vuelta al mundo, por ejemplo). Algunos son más flojitos o tiran de un humor más grueso y algún que otro tópico. Pero el conjunto merece la pena, y no creo que sea un libro muy conocido. Aquí lo comentan mejor: Cuentos cruentos. Para pasar un buen rato. La vuelta al mundo en ochenta cercanías Lo que no ha pasado a mediodía puede pasar por la noche. César Borgia El regalo que Djamila pidió al cumplir siete años hizo llorar a su padre, que era un hombre un tanto huraño. Mohámed se quedó viudo (ya parece que fue ayer) antes de que en la Península pudiese entrar su mujer. Al poco llegó Djamila, niña guapa y andariega que, tras una meningitis, acabó quedando ciega. Por eso cuando le dijo que quería de regalo dar la vuelta a todo el mundo, su padre se puso malo. (Y es que a Djamila ese otoño se le enganchó la canción —¿a quién…