Alfama, 2010. 104 páginas. Tras sucumbir ante el embite de las fuerzas aliadas un teniente pide a un soldado que lleve su cadáver a su casa familiar. Con la ayuda de un burro carga una caja improvisada y se lanza a un camino incierto. Narrada como si de una película se tratara, con momentos de dramatismo y belleza, es un cuento largo que describe las miserias de una guerra perdida por el fascismo italiano y en la que las pobres gentes sufren de hambre y saqueos. Interesante. Luego se marcha detrás de Concetta, que lo conduce a la casa del farmacéutico, la única de toda la plaza que tiene un aspecto civilizado. Mientras Calusia inspecciona la casa, maravillado por aquello que a él le parece riqueza, lujo, elegancia, Concetta ha desaparecido escaleras arriba. Calusia descubre una puertecita al final de un corredor, la abre, baja dos escalones, se halla en un establo. Hay un lecho para dos caballos, un comedero colmado de heno. Calusia va a buscar al burro (a quien la muchacha ha llamado Romeo), y mientras está a punto de conducirlo al establo, ve bajar por las escaleras a una señora vestida con suntuosa elegancia, con un sombrero…