Novela autobiográfica (con su entrada en la wikipedia Kaputt) en la que narra sus desventuras en la segunda guerra mundial. La gracia del relato está en que alterna escenas crudísimas del frente con cenas de la alta sociedad y el contraste es tremendo. Además de su valor como testimonio el estilo es muy dinámico y, a la vez, literario. Uno no se queda impasible ante la brutalidad de la guerra y la indiferencia de aquellos que, con sus actos, están provocando la catástrofe, aunque sus manos nunca se manchen. Muy bueno. Caía la noche, y los disparos de los milicianos horadaban la inmensa bandera roja del ocaso, que ondeaba al fondo del horizonte, entre el viento lleno de polvo. Me encontraba a pocas millas de Nemirovskoie, en las proximidades de Balta, en Ucrania. Era el verano de 1941. Mi intención era llegar a Nemirovskoie para pernoctar en lugar seguro. Sin embargo, estaba ya oscuro y decidí parar en una aldea abandonada, al fondo de uno de los valles que atraviesan de norte a sur la inmensa llanura entre el Dniéster y el Dniéper. La aldea se llamaba Aleksandrovka. Todas las aldeas rusas se parecen, incluso en el nombre. En la…
Alfama, 2010. 104 páginas. Tras sucumbir ante el embite de las fuerzas aliadas un teniente pide a un soldado que lleve su cadáver a su casa familiar. Con la ayuda de un burro carga una caja improvisada y se lanza a un camino incierto. Narrada como si de una película se tratara, con momentos de dramatismo y belleza, es un cuento largo que describe las miserias de una guerra perdida por el fascismo italiano y en la que las pobres gentes sufren de hambre y saqueos. Interesante. Luego se marcha detrás de Concetta, que lo conduce a la casa del farmacéutico, la única de toda la plaza que tiene un aspecto civilizado. Mientras Calusia inspecciona la casa, maravillado por aquello que a él le parece riqueza, lujo, elegancia, Concetta ha desaparecido escaleras arriba. Calusia descubre una puertecita al final de un corredor, la abre, baja dos escalones, se halla en un establo. Hay un lecho para dos caballos, un comedero colmado de heno. Calusia va a buscar al burro (a quien la muchacha ha llamado Romeo), y mientras está a punto de conducirlo al establo, ve bajar por las escaleras a una señora vestida con suntuosa elegancia, con un sombrero…