250 páginas. Ricardo Varela tiene un hobby: armado de una cámara oculta se dedica a poner en evidencia a farsantes que se ganan la vida haciendo creer a la gente que pueden ponerse en contacto con familiares fallecidos, o que realizan curaciones mágicas. Cuando en su camino se cruce la policía Analía Moreno, que tiene la intención de investigar a un pez gordo, un predicador y sanador, las cosas subirán a otro nivel. Retrato descarnado del funcionamiento de todos estos estafadores que lo mismo te leen el futuro que te curan el cáncer o te limpian la casa de malos espíritus. Es también un thriller que no da respiro, repleto de acción trepidante, pero con fundamento. Ilustrativo y entretenido. Al oír la melodía de acordes largos con la que siempre lo anunciaban, el pastor Maximiliano entró al escenario con los brazos en alto. La luz de un reflector colgado del techo lo obligó a entornar los ojos. Aunque no podía ver al público que lo ovacionaba, le dedicó una sonrisa. Se detuvo en el centro del escenario, sobre dos tiras de cinta blanca en forma de cruz pegadas al piso. Cerró los ojos, se persignó y se llenó los pulmones…