Corregidor, 2010. 286 páginas. El libro está prologado por Gómez de la Serna y epilogado por Borges, y el texto se mueve entre el ingenio de las greguerías del primero y el argentinismo casi metafísico del segundo. Nos encontramos con una recolección de cuentos, brindis, reflexiones… todas salpicadas de momentos de un humor intenso y absurdo. He disfrutado mucho de la lectura (dejo bastantes muestras), pero he echado de menos alguna historia realmente redonda, capaz de emocionarme. Recomendable. No sé si por algunos excesos de conducta o por observancias poco estrictas en mi régimen de vida cumpliré en breve cincuenta años. No lo he efectuado antes porque, cada vez que impacienté al tiempo adelantando algún acontecimiento, me cambiaron uno bueno por uno malo. La elección de un día invariable de cumpleaños me ha permitido conocerlo tan bien que, aun con los ojos vendados, cumpliría mi aniversario. Alguien dirá: «¡Pero Recienvenido, otra vez de cumpleaños! ¡Usted no se corrige! ¡La experiencia no le sirve de nada! ¡A su edad cumpliendo años!». Yo, efectivamente, entre amigos no lo haría. Mas en las biografías nada más exigido. No necesita explicación mi presencia aquí, señores, pues que ésta falta; y espero que seréis con…