Planeta, 2010. Cómic de género negro donde se mezclan traficantes de droga, policías, poetas drogadictos y artistas murales. Historias bien montadas que encajan a la perfección, reflexión sobre el arte y el poder. El dibujo bueno, pero los diálogos, excelentes. Los personajes muy bien construidos. Una agradable sorpresa. Recomendable.