Círculo de tiza, 2017. 400 páginas. Tit. or. Inferior. Trad. Sandra Chaparro. Ensayo divulgativo que analiza varios casos en los que diferentes estudios científicos han encontrado diferencias entre hombres y mujeres y cómo análisis posteriores han demostrado que la cosa no era para tanto o que no existía en absoluto. A todos se nos ha grabado eso de que los hombres son de marte y las mujeres son de venus y seguimos repitiendo como loros que hay diferencias innatas entre los dos sexos, por lo tanto lo mejor es asumirlo y que los hombres se sigan dedicando a cazar y las mujeres a cuidar a los niños. Pero no deja de ser curioso que todos esos estudios no hagan más que reafirmar los mismo estereotipos de siempre. No deja de ser curioso que la ciencia nos cambie la visión que tenemos el universo excepto en los roles de género. Porque lo cierto es que hasta el momento lo que parece es que esas supuestas diferencias son, sobre todo, culturales. Y cuando se encuentran algunas son tan pequeñas que son prácticamente irrelevantes. Porque además el cerebro humano tiene una plasticidad asombrosa, podemos acostumbrarnos a casi cualquier cosa por muy antinatural que…
Círculo de tiza, 2014. 246 páginas. Recopilación de artículos de la autora en los que trata, generalmente, del proceso de la escritura, qué significa para ella el periodismo, como llegó ella al medio, todas las cosas que están en la trastienda del acto creativo. Además de ilustrarnos sobre sus mecánicas internas o que para ella tan literaria es una crónica como un relato (y se nota cuando uno lee sus columnas) nos golpea con su habitual estilo que a mí, personalmente, y desde aquel Teoría de la gravedad, me emociona con las cosas más nimias. Un libro excelente y tan bien escrito como cualquiera de sus crónicas o columnas. Muy bueno. Por cosas como ésas me gusta la realidad: porque si uno permanece allí el tiempo suficiente, antes o después ella se ofrece, generosa, y nos premia con la flor jugosa del azar. Yo encuentro cierta belleza en que las cosas sucedan –absurdas, contradictorias, a veces irreales– y me gusta entrar en la realidad como a un bazar repleto de cristales: tocando apenas y sin intervenir. Querer escribir y no querer leer no sólo es un contrasentido. Querer escribir y no querer leer es una aberración. Es, sin salvar ninguna…