CIMS97, 1999. 196 páginas. Novela corta con seis relatos todos protagonizados por este editor marginal con vena de detective. Lenguaje paródico y divertido, como es norma de la casa. Soy admirador del detective Buenaventura Pals, la pena es lo poco y mal que está editado. Mi encendor de llama regulable me sirve para repasar suelo y paredes. Me resulta incómodo iluminar así y le pego fuego al periódico de Susi para utilizarlo a guisa de antorcha. Los muros están llenos de inscripciones anarco-eróticas de todas clases. Entre ellas, mi atención se fija en una cruz invertida, que aparece trazada en la diagonal al emplazamiento de la mancha dejada por el cuerpo asesinado. Está pintada en rojo y contrasta con los demás dibujos, todos ellos al yeso blanco o al carboncillo. —¡Mira eso, tú! —¿Qué crees que pueda significar? Se nos acaba el combustible de prensa diaria. Susi va sacando más papelotes del bolsillo. —Es mi declaración de renta —aclara. —Podría ser sangre —paso el dedo por la superficie del dibujo—. Yo diría que esta cruz es posterior a todas las demás inscripciones que los gamberros han ido esparciendo por aquí. —¿El asesino? —Quizás. ¿No te quedan más papeles? —se nos…