Sm, 1984. 112 páginas. Monito de palabra Después de leer las aventuras de Pinocho me quedé con ganas de más, y gratis me lo encontré de intercambio. Pipeto es un omnito que quiere comportarse como un hombre, y puede tener la suerte de conseguirlo, aunque por goloso y no cumplir sus promesas se meterá en más de un lío. El esquema es muy parecido al de Pinocho: monito que quiere ser humano, hada que puede concedérselo, pero antes deberá portarse bien. En este caso el pecado es faltar a la palabra dada. Aunque no sea excesivamente original y Pinocho sea superior, las aventuras de este simpático monito me han resultado muy entretenidas. Calificación: Bueno. Un día, un libro(145/365) Extracto: Pipeto no se parecía en nada a sus hermanos ni a los otros monitos de la vecindad. Tenía un hociquillo nervioso e inteligente; un par de ojos picaros, que no se estaban quietos ni un instante; una boca que se reía siempre, y un tipillo garboso y flexible como una vara de junco. En una palabra, que era un mono, como suele decirse, hecho que ni pintado. Viéndolo así, a primera vista, se le podía, casi, confundir con un niño de…
DeBols!llo, 2011. 170 páginas. Tit. Or. Le avventure di Pinocchio. Trad. Miquel Izquierdo. La marioneta traviesa Algunos personajes se hacen mundialmente famosos sin que nadie lea los libros donde aparecen. Esto pasa con Pinocho, popularizada por la versión de Disney, pero cuyo libro no había leído nunca. Tantas críticas buenas escuchaba que me hice propósito de enmienda; no me arrepiento. De un tronco parlanchín fabrican una marioneta, Pinocho, bastante revoltosa y traviesa, desobediente y dada a la holgazanería. Una joya. Pero con todo, tiene buen corazón, y después de una gran cantidad de aventuras que incluyen las conocidas de las marionetas, la zorra y el gato o ser tragado por un escualo, también tiene otras como ser ahorcado, encarcelado por dejarse robar, vendido como un burro y un largo etcétera. El libro está tan bien como me habían contado, me recordó a Alfanhuí y a Rodari y aunque hoy en día nos resultarían un poco moralizantes las continuas advertencias al protagonista de que debe portarse bien, son mucho más duras que los tonos pasteles de las películas Disney. Un ejemplo, aparece el Grillo Parlante en las primera páginas y esto es lo que le pasa: —Yo no me voy a…