Caballo de troya, 2009. 192 páginas. Muchas veces los textos de las contraportadas no tienen nada que ver con el texto, son exagerados o mentirosos o simplemente cumplidores. No es el caso de este libro, y lo reproduzco por lo bien que explica el libro, y por su calidad intrínseca: A ustedes, tan cultos, les sonará aquello que decía Tolstói de que solo las familias desgraciadas tienen historia; pues bien, la familia de esta novela, aunque no lo parezca, es una familia feliz y normal. Todos sufren algún retraso mental o físico pero, si miramos bien, eso pasa hasta en las mejores y más reales familias. Y una, la narradora y protagonista, tiene algunos problemas con el lenguaje que resuelve consultando el diccionario. A sus hermanas y primas, con mayores desarreglos, les pasa lo que nos pasa a todos: que si nos descuidamos nos hacen daño, que si nos enamoramos nos hacen daño, que si odiamos nos hacemos daño, que si nos morimos nos olvidan, que si nos lo creemos nos estafan. Y una nos lo va contando en clave un tanto optimista: arrieritos somos y en el camino nos encontraremos, quien la hace la paga, quien bien te quiere…