Anagrama, 1986. 224 páginas. Tit. or. Les gommes. Trad. Jordi Petit Fontseré. Ha habido un intento de asesinato fallido, aunque la víctima decide fingir que ha muerto para escapar con tranquilidad. El detective Wallas llega a la ciudad con el cometido de averiguar quién ha sido el asesino, pero acabará perdiéndose en el laberinto de calles en una búsqueda inútil de la goma perfecta. Un libro extraño, que mantiene una breve trama de conspiraciones y asesinatos para construir un ambiente a ratos kafkiano, desasosegante, donde no parece haber un destino claro ni existir un mapa que nos indique cual es el norte y cual es el sur, ni por donde tenemos que girar para llegar a nuestro destino. Otra reseña: Las gomas El libro venía con un exlibris y resulta que hay una historia interesante detrás: Fondo Isabel Núñez. Leer un libro que perteneció a la biblioteca de alguien siempre tiene un sabor especial. Muy bueno. —Sí, sí, claro. He dicho: No admito que no lo admitan. — ¡Ah!, bueno. Antoine no parece satisfecho con esa postura, que le parece demasiado sutil. De todas maneras, exclama, dirigiéndose a su compañero: —Ya lo ves, ¿eh?, ¡herbolario! —No veo nada —responde el…