Salamandra, 2011. 380 páginas.
Tit. Or. Puhdistus. Trad. Tuula Masjatta Ahola Rissanen y Tomás González Ahola.
Si no me equivoco llegué a este libro vía algún archivo de rtve y como siempre digo hay que andar con ojo con las recomendaciones de los medios. Si ya te equivocas con los amigos de confianza, no digamos con el resto.
Aliide Truu, una anciana que vive bastante aislada en un bosque, encontrará frente a su puerta a Zara, una joven en mal estado que según dice ha escapado de su marido. En realidad es unajoven que huye de una red de trata de blancas y que esconde un secreto que la relaciona con la anciana.
Contada con capítulos breves y abundantes saltos en el tiempo dibuja un retrato de Estonia desde la ocupación alemana hasta nuestros días. Personalmente la trama me ha resultado inverosímil y acartonada en ocasiones. Los personajes no son excesivamente profundos y el lenguaje correcto y gracias. Con la misma urdimbre podría haber sido una mejor novela.
Eso sí, debo ser el único que piensa así. En El País la ponen por las nubes: El secreto de la crueldad y en general ha gustado: «Purga», de Sofi Oksanen y PURGA (Sofi Oksanen) . A mí no.
Calificación: Regulero.
Extracto:
Debajo de la toalla de lino se veían las piernas cubiertas de moretones. Las medias habían atenuado las marcas, pero ahora sus extremidades estaban desnudas, con piel de gallina y todavía húmedas por el baño. Una cicatriz le cruzaba el pecho y desaparecía debajo de la toalla. Alude sintió repulsión. La chica, que estaba de pie ante la puerta de la cocina, parecía más joven después del baño, con la piel como la pulpa de una manzana roja recién partida. El pelo le goteaba en el suelo. Su fragancia se extendía hasta la habitación y por un instante Alude echó de menos la sauna, que se había quemado hacía ya un año. Desviando la vista de la joven, la dirigió a lo largo de la pared, a los tubos aislantes, que aún parecían funcionar; dio unos golpecitos a un tubo verde y limpió las telarañas con el bastón.
—Ahí encima de la mesa hay esencia de plantago. Es bueno para la piel.
Zara no se movió, pero preguntó si tenía tabaco. Alude le señaló el mueble de la radio con el bastón y pidió que le encendiese un Priima también a ella. Tras prender los dos cigarrillos, la muchacha volvió al umbral. Las gotas del pelo cayeron sobre el mismo charquito de antes.
—Siéntate en el sofá, pequeña, venga.
—Lo mojaré.
—No, no te preocupes.
Zara se dejó caer en un extremo del sofá y bajó la cabeza, para que el pelo gotease en el suelo. En la radio, Rüütel hablaba sobre las elecciones y Alude cambió de emisora. Aino había dicho que iría a votar, pero ella no iría.
—Tinte de pelo seguro que no tiene, ¿verdad?
La anciana negó con la cabeza.
—¿Tendrá entonces pintura o tinta? ¿Tinta de sellos?
—No, me temo que no.
—¿Papel de calco tampoco? ¿Qué voy a hacer entonces?
—¿Crees que te volverás irreconocible tan fácilmente?
La muchacha no contestó y siguió allí medio encorvada.
—¿Qué tal si te traigo un camisón limpio y cenamos
algo?
Alude aplastó la colilla en el cenicero, rebuscó en el cajón de la cómoda, sacó un camisón estampado con flores rojas y blancas y dejó que la chica se vistiese. Un tintineo de botellas de cristal llegó de la cocina; la esencia de plantago le vendría bien. La oscuridad reinaba tras las cortinas; echó un vistazo para asegurarse de que no quedasen rendijas abiertas. No había ninguna, pero el borde inferior de las cortinas se movía un poco debido a la corriente. Ya sacaría fuera el agua del baño por la mañana. El rascar de un ratón en alguna parte la sobresaltó, pero su mano se mantuvo firme cuando empezó a anotar las fechas en sus tarros de conserva. Algunas llevaban pegado un trozo de papel de periódico en los lados. «El 18 por ciento de los crímenes de este año ha sido resuelto», rezaba uno, y Alude dibujó encima una marca que indicaba que era una partida de conserva anterior.
3 comentarios
Ains, me estoy acordando cuando casi me linchan en cierto sitio por decir que este libro estaba claramente sobrevalorado y que pasaban cosas poco creíbles… Veo que no soy la única que lo piensa…
A mi me gustó aunque no creo que sea tan bueno como dicen, no es un libro fácil de leer.
D.
MCMendoza, las grandes mentes piensan igual.
dsdmona, aunque personlamente no me gustó pienso que la historia podría haber sido mejor, cualidades tiene pero…