Minúscula, 2015. 164 páginas.
Trad. Paula Kuffer.
Incluye los siguientes cuentos:
El amante demoníaco
La bruja
Después de usted, mi querido Alphonse
Charles
Siete tipos de ambigüedad
La muela
La lotería
De los cuales el más famoso es, sin duda, La lotería, que provocó una reacción tremenda entre los lectores del New Yorker. Se incluye un epílogo en el que la autora explica un poco lo que sucedió junto con extractos de algunas cartas que recibió. Nada que nos sorprenda hoy en día, que las redes sociales nos dan el mismo material todos los días, pero que en su momento causó una gran impresión.
No es mi preferido, sin embargo. Siete tipos de ambigüedad , un cuento sencillo donde todo pasa bajo la superficie me ha encantado, y La muela, con ese aire alucinado de cuento maravilloso es increíblemente moderno.
Muy bueno.
Ser escritor de ficción es de lo más agradable por varias razones; una de las más destacadas, por supuesto, es que puedes persuadir a la gente de que se trata de un trabajo de verdad, si tienes un aspecto lo bastante demacrado. Pero quizá una de las cosas más prácticas de ser escritor de ficción es que no se desaprovecha nada; cualquier experiencia sirve para algo; tiendes a verlo todo como una estructura potencial de palabras. Esto me lo hizo comprender de pronto una de mis hijas cuando, hace poco, vino a la cocina, donde yo estaba intentando abrir la puerta de nuestra viejísima nevera. Siempre que había humedad, se quedaba atascada, y uno de los placeres de un día frío de lluvia era abrir la nevera. Mi hija me estuvo observando mientras yo luchaba con ella y al cabo de un momento me dijo que era ridículo aporrear así la puerta de la nevera; ¿por qué no usar la magia para abrirla? Me quedé pensando en eso. Me serví otra taza de café, encendí un cigarrillo, me senté un rato y reflexioné sobre ello; y un poco después decidí que tenía razón. Dejé la nevera donde estaba y me dirigí a mi máquina de escribir y escribí una historia sobre la imposibilidad de abrir la puerta de la nevera y la capacidad de los niños para abrirla con magia. Cuando una revista compró la historia, yo me hice con una nevera nueva
No hay comentarios