Menuda saga se ha marcado Santiago Valenzuela con sus aventuras del capitán Torrezno. Hace ya años leí los dos primeros volúmenes de la serie, pero decidí esperar y ahora me he leído todos los volúmenes disponibles, aprovechando la riqueza del catálogo de las bibliotecas.
Es una obra diferente, personalísima. La historia transcurre en un universo que un jubilado ha creado -de manera accidental- en un sótano. Allí aparece sin comerlo ni beberlo el capitán Torrezno, un borrachín habitual del Denver, bar situado al lado del sótano. Gracias a sus conocimientos asciende enseguida en un mundo que todavía está en la época medieval. Pero las historias dan mucho de sí.
Entiendo que este es un cómic en el que hay que entrar. Pero si lo haces quedas encantado. Es cierto que a veces hay páginas con un exceso de texto que no aporta mucho y otras es una simple aventura de batallas. Pero pocas veces. En general hay textos que sumados al dibujo dan lugar a páginas casi poéticas y en ocasiones muy filosóficas. En otras las aventuras son trepidantes y te enganchan de la nariz y no te sueltan.
La imaginación del autor para incorporar los elementos cotidianos (una mesa, un paquete de tabaco, un corcho flotante) que son gigantes dentro de ese universo es maravillosa, a veces te quedas embobado mirando el paisaje. También son destacables las referencias cultas, siendo la principal la de la doctrina gnóstica, que postula que hay una jerarquía de creadores y no sabemos cual será el primero ni el último. Las referencias en muchas ocasiones se usan con un sentido cómico, muy acorde con la personalidad del protagonista.
Una serie maravillosa de la que espero se sigan publicando muchos tomos.
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