El vaixell de vapor, 2005. 60 páginas.
tit. Or. Einer, der nichts merkte. Trad. Núria Fort.
La vida de Robert Walser no parece la propia de quien escribe libros para niños. Copio de aquí: La inquebrantable ingenuidad:
Robert Walser nació en Biel (Suiza) el 15 de abril de 1878 y murió, caído sobre la nieve, el día de Navidad de 1956. Su vida, semejante a la de sus personajes, fue inquieta y errática, siempre escapando a cualquier forma de duración o permanencia. A los 14 años abandonó los estudios y ejerció los más diversos oficios: fue empleado de banca, secretario, archivero; incluso sirvió de criado en un castillo de Silesia. Walser despreciaba los ideales de prosperidad, aborrecía el éxito, era incapaz de someterse a ningún tipo de rutina o atadura. Vivió siempre, de un lugar a otro, sin domicilio fijo, con graves problemas económicos. A partir de 1925 empieza a sufrir trastornos nerviosos y alucinaciones auditivas; se embriaga y tiene periodos de enorme agresividad. Su hermana Lisa, la única ayuda constante que recibió, le recomienda que ingrese en un sanatorio psiquiátrico.
Este hombre despistado que se olvida el sombrero en todas partes y que no se da cuenta de nada tiene un aire levemente surrealista que gustará a los pequeños, y que deja una sensación de extrañeza que a mí, por lo menos, me ha dado la curiosidad de leer algo más del autor.
Muy bien acompañado con las ilustraciones de Carmen Segovia que ha sabido captar el aire atolondrado del protagonista.
Lo encontré gratis, de intercambio.
2 comentarios
En relació a la novela » l’home que no s’adonava de res» va transformar-se, de una manera surrealista, si voleu, en una dona meravellosa que volia en grata companyia deixar de fumar…
Ah!I li encantava i li agrada conduir!
No em fessiu cas, to be free…
BM.
Un comentario en sintonía con el cuento…