Le pourquoipas editores, 2007. 252 páginas.
El libro examina vida y obras de 46 científicos, explicando sus descubrimientos, dando algunos datos de carácter biográfico y en ocasiones mostrando algún fragmento de texto de los propios científicos. Desde Pitágoras y su teorema hasta Ochoa y su trabajo con las enzimas. No están todos los que son, pero tan difícil es hacer un canon de científicos como de libros.
Válido como aproximación a las biografías de los científicos reseñados no va mucho más allá, es bastante escueto en información y, en mi opinión, le falta un poco de chispa.
Entretenido, en cualquier caso.
La convención que usamos actualmente fue introducida por Descartes, aunque se dice que de hecho fue su editor el que eligió aquellas letras. La historia se cuenta así: cuando estaba haciendo en la imprenta la composición del apéndice de Geometría en el «Discurso del Método», con los tipos metálicos característicos, advirtió que le faltaban tipos de algunas de las letras, mientras que tenía muchas de las últimas del alfabeto. Entonces preguntó a Descartes si podía utilizar la x, la y, y la z para representar las variables, en lugar de las letras empleadas en el manuscrito original, a lo que él respondió que era indiferente.
En aquel ensayo sobre Geometría vemos entonces utilizar por primera vez esa notación, que el autor explica con las siguientes palabras: «etpour ce que CB etBA sont deux quantites indeterminées et inconnues, ie les nomme, l’uney; etl’autrex.» Como decimos por aquí: llámale equis.
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