Adaptación del libro homónimo a novela gráfica a cargo del dibujante Pere Joan, de solvencia demostrada y con un estilo muy particular que encaja muy bien con el universo nocillo. Su línea clara y su traza con volúmenes redondeados dan lugar a páginas de sorprendente belleza.
Mi problema, como siempre, es con el texto que hay detrás. Porque considero las historias de Fernández Mallo bastante intrascendentes. Bajo una apariencia de hermetismo y pastiche irónico no alcanzo a ver nada más. No me conmueven, no me intrigan. Y así poco podemos hacer.
Pero el cómic, como tal, bonito de ver. Y el contenido se deja leer, así que en conjunto bien.
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