Ediciones B, 1999. 311 páginas.
Tit. or. Treasure box. Trad. Rafael Marín Trechera
Comprado de saldo junto con el resto de libros de Nova que he comentado me decidí a leerlo tras la lectura de Un planeta llamado traición. Scott Card abandona la ciencia ficción para escribir una historia de fantasmas.
Quentin es un chico trastornado por la muerte de su hermana. Tanto que buscará refugio en los libros y se convertirá en un genio de la informática. Los programas que desarrolla le hacen millonario y se dedica a invertir su dinero en empresas ajenas. Pero sigue siendo un joven retraido y un tanto asocial, hasta que conoce a Madeleine, la mujer de sus sueños. Todo parece ir bien hasta que descubre que su mujer esconde un terrible secreto cuya clave está en un misterioso cofre…
El protagonista se encuentra frente a unas fuerzas sobrenaturales malignas, pero como en muchas novelas de Stephen King, es un héroe positivo. No se dejará superar por la situación y luchará con cuantas armas encuentre a su alcance.
El libro es entretenido y se deja leer, pero los personajes son un poco esquemáticos y el argumento no es excesivamente original. No esperen encontrarse la calidad de otras obras del autor. Para leer una tarde de domingo que no se tenga otra cosa que hacer.
(Un día, un libro 327/365)
Escuchando: Hand it over. Putumayo American Blues.
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