Hiperion 1993, 1994, 1998. 180 páginas.
Trad. Zara Behnam y Jesús Munárriz.
Muchos han bebido de los versos de Jayyam, poeta y filósofo amante del vino y del disfrute en la tierra, algo que hoy en día nos parece en las antípodas del pensamiento musulmán. Sabiduría poética que no ha caducado, que sigue viva, como el vino, como la risa alegre de las muchachas que lo comparten con nosotros, olvidándonos del triste sueño que nos espera al final del camino.
Lo decían en aquel épico poema de Gilgamesh, llena tu vientre, atiende al niño que te da la mano, que tu esposa disfrute en tu seno. Lo repitió Catulo, vivamos y amemos y que los rumores de los viejos se vayan al carajo. Lo versificó Jayyam en estas maravillosas cuartetas; el paraíso es ahora. Y nosotros, si somos sabios, seguiremos tan ilustres consejos.
Dibujado en el cielo, un toro con las Pléyades;
otro toro escondido debajo de la tierra;
si eres vidente, abre a la verdad los ojos:
verás entre ambos toros un puñado de asnos.
AHORA que me toca vivir la juventud,
beberé vino porque me complace beberlo;
no me lo echéis en cara; aunque es amargo, es bueno;
tiene que ser amargo, porque amarga es mi vida.
Mi norma es beber vino y así vivir alegre;
mi religión no incluye blasfemia ni oración;
a la novia del mundo pregunté por su dote
y me dijo: —Es mi dote tu alegre corazón.
Paraíso habrá, dicen; habrá arroyo Kousar,
hurí, azúcar y miel, ríos de vino y leche;
echa el vino en la copa, colócala en mi mano:
más vale uno al contado que no diez mil a crédito.
No sé nada de nada de si el que me formó
me hará habitar después paraísos o infiernos;
una copa, una hermosa y un laúd en un prado
es cuanto quiero yo; para ti el paraíso.
Como no será eterna nuestra estancia en el mundo,
gran error es vivir sin vino y sin amante;
¿qué importa si ha tenido principio el universo?
¿qué más da, si me voy, la antigüedad del mundo?
Debajo de este círculo insondable del cielo
tú, alegre, bebe vino, que la vida es injusta
y no te pongas triste cuando te llegue el turno,
pues ésa es una copa que han de degustar todos.
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