La lista de relatos (sacada de aquí: Nueva dimensión 9) es la siguiente:
La Espiral del Alma, Alfonso Álvarez Villar
Homo Sol, Isaac Asimov
La Campana de la A.C.E., Kolin Capp
SEA, Anatoli Dnieprov
Valija Diplomática, H. Beam Piper
Fábulas Cósmicas, Jaime Batlle
Aprietabotones, William Spencer
Las Más Extrañas Criaturas, Hugo Gernsback
Conclusión, John Berry
Me ha gustado especialmente La Campana de la A.C.E., relato sobre una sociedad que no permite desviaciones de la norma mediante una estrategia muy particular y eficaz. SEA, sobre una inteligencia artificial, es el primer relato de ciencia ficción rusa que se salva de estos primeros números. La espiral del alma se me hizo interminable. Homo Sol en la línea del buen doctor, anticipando la psicohistoria.
Extracto:
—Sentir —replicó ella— es recibir las señales del mundo exterior y reaccionar a ellas. ¿Es que acaso yo no reacciono a la acción de estas señales? Pensar es reproducir las palabras y las frases codificadas en un orden lógico, sin pronunciarlas. Y representarse, ¿no es fijar su atención en los hechos y las imágenes registradas en la memoria? ¡No, querido! Ustedes, los hombres, tienen una opinión demasiado alta de ustedes mismos, se toman por dioses, creen que no se puede hacer nada semejante ni igual a ustedes. Y esto les perjudica. Si desecharan esas concepciones anticientíficas y si se examinaran a sí mismos desde más cerca, comprenderían que también ustedes son más o menos máquinas. De acuerdo, no máquinas tan simples como las imaginaba, por ejemplo, el filósofo francés La Mettrie, pero a pesar de todo máquinas.
Estudiándose a sí mismos, podrían construir máquinas y mecanismos mucho más perfeccionados que aquellos que fabrican actualmente. Porque no existen en la naturaleza, al menos en la Tierra, instalaciones cuyos factores mecánicos, eléctricos y químicos estén tan armoniosamente combinados como en el hombre. Créame, solo el estudio minucioso del hombre por sí mismo puede abocar en el desarrollo de la ciencia y de la técnica. La bioquímica y la biofísica, aliadas a la cibernética, son las ciencias del futuro. El siglo próximo será el de la biología, armada con todos los conocimientos modernos sobre la física y la química.
LA PIEZA
Cuando Juan despertó cierta mañana de un sueño agitado
vio que se había convertido en pieza.
Al principio se sintió incómodo, extraño. Trató de moverse. No lo consiguió.
Se esforzó mucho antes de darse cuenta de que se esforzaba de manera inadecuada.
Sólo los movimientos humanos le eran penosos.
Al fin y al cabo no era una pieza cualquiera.
Un Procesador Central (serie B-34238898 barra 24 guión 32 coma 001)
podía enorgullecerse de su importancia.
Era el verdadero centro de todo el Computador Electrónico.
Y operaba con el sistema básico de tarjetas perforadas y cintas magnéticas
en conexión con la Unidad Perforadora y la Unidad Listadora.
La posibilidad de combinar unidades distintas
formando gran variedad de configuraciones
con el mínimo de reprogramación
eran factores que resaltaban su magnitud.
Juan pensó en las limitaciones de locomoción; y otras.
En compensación disponía de 4870 posiciones de núcleos magnéticos,
siendo cada posición un carácter alfanumérico individual.
Contaba también con dos memorias intermediarias de 80 caracteres para entrada
y una de 80 caracteres para salida, mandos internos de multiplicación,
suma, no-suma y comparación.
La extrañeza inicial desapareció por completo.
Juan reconoció que siempre se había sentido muy unido a la pieza.
Trató de ella la mayor parte del día durante años, pensó en ella, soñó con ella.
La identificación simplemente se había completado.
En su actual condición no podía hablar, no podía salir con los amigos, ya no podría ir nunca más con su mujer ni con sus hijos.
Pero lo principal era que el empleo estaba garantizado. ¡Ahora más que nunca!
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