Se me acumulan las cosas a contar.
Lo primero, antes de que se haga viejo, el asunto Vigalondo. Para los pocos que no lo sepan Vigalondo publicó el siguiente tweet:
“Ahora que tengo más de cincuenta mil followers y me he tomado cuatro vinos podré decir mi mensaje: ¡El holocausto fue un montaje!”
Y se lió parda. Hasta el punto que la campaña de publicidad que había rodado para El País ha sido retirada. La noticia casi me parece de ciencia ficción, pero es real. La red está llena de noticias y opiniones, apunto una de ellas:
Seguimos con la Ley Sinde (sí, tiene su propia entrada en la wikipedia). Ya ha sido aprobada en el Senado:
La Ley Sinde resucita en el Senado gracias a PSOE, PP, y CiU
No hace falta insistir más en lo que ido comentando estos días. Una ley que no servirá para lo que se pretende y que nos traerá la posibilidad de censura y cierre de webs a dedo. El culpable de las descargas no es internet, ni los usuarios, ni las webs de enlaces. La culpa de que exista la piratería es de la industria (discográfica, audiovisual y, en breve, la editorial).
Vivimos tiempos interesantes. Para los usuarios en positivo, porque se haga lo que se haga siempre van a tener a su disposición más contenido que antes y más barato. Para la industria en negativo, porque vista su flexibilidad el batacazo que se van a pegar va a ser de órdago. Para los creadores depende; los pobres no se enteran mucho y los traen y los llevan según para donde sople el viento. Pero creo que también va a ser muy positivo para ellos (con la excepción, quizás, de Alejandro Sanz).
Lo que comentaba sobre el libro de Juan Gómez-Jurado se ha formalizado en la siguiente página:
Si bien es más el tirón publicitario que un cambio real en el modelo de negocio, no deja de ser un gesto inteligente.
El reto con más química
Todos los años me gusta participar en el reto que nos propone Meribelgica. Este año, de ciencias:
Que consiste en:
[…]hay que leerse… atención : la tabla periódica de los elementos !!! Hay que elegir elementos químicos y de cada uno que elijas debes leer un libro que contenga la cadena de caracteres de su símbolo en el título, en el autor o en las siglas del autor.
He creado una página que facilita la búsqueda de elementos químicos en los libros:
Les animo a participar; es muy entretenido.
Alguna cosa me dejo, pero no será importante. Mañana, más reseñas.
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