Ignoro si el títuo hace honor al contenido y realmente estas historias le han pasado realmente a Nacho Casanova. No importa demasiado porque no hay truculencia, son historias cotidianas, bien escritas y dibujadas, que nos pueden pasar a cualquiera (y algunas, como la pareja que va al cine, nos pasan).
Pero esa sencillez, que es su principal virtud, también es su defecto, porque a mí no ha llegado a emocinarme demasiado. Leeré los dos siguientes volúmenes, sí, pero no voy a ir corriendo a por ellos. Dicen que los siguientes volúmenes mejoran, ya les contaré.
Para pasar el rato y esbozar alguna sonrisa de ternura.
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