Uno se empapa de cultura norteamericana (verdadera o falsa) a través de series y películas. Una de las cosas que más me gustan son los mercadillos particulares que montan de vez en cuando recopilando todos esos objetos que se acumulan en casa. Ya no nos sirven, pero da pena tirarlos. Muchas veces están en buenas condiciones o casi nuevos.

Yo tengo una gran cantidad de cosas que soy incapaz de arrojar a la basura, pero que me encantaría regalar si supiera que van a encontrar un hogar. Que van a ser de utilidad para alguien. Que no van a ir a un basurero a ser incinerados.

Ahora hay algunas páginas web que sirven para intercambiar o regalar cosas, pero creo que las cosas funcionarían mejor si pudiéramos ir al parque con nuestras cajas y vender por cuatro perras todo lo que nos sobra. A ver si a algún político o asociación vecinal se le ocurre montar algo de esto, que en época de crisis toda ayuda resulta poca.

Lo mismo pasa con los libros. Yo tengo muchos que me he encontrado en la calle. Alguien ha decidido, en vez de tirarlo a la basura, dejar cajas llenas al lado del portal, para que quien pase pueda llevarse los que quiera. También hay sitios de intercambio donde la gente deja sus libros y se lleva otros a cambio. En el polideportivo donde llevo a mis hijos a hacer piscina tienen este sistema, y yo he conseguido algunos decentes de esta manera.

Si a esto le sumamos el bookcrossing por internet, y las webs de intercambio, no es difícil encontrar gratis libros en España. Pero como decía antes no estaría mal que se permitiera usar espacios públicos para realizar intercambios, o que los particulares puedan vender sus libros sin intermediarios. Estoy seguro de que tendrían éxito.